En este libro, Gonzalo Preciado explora el lado cosmopolita de esta manifestación tan enraizada en la cultura y la identidad aragonesa.
La jota aragonesa ha tenido un papel fundamental en la historia del ballet. Este libro propone un recorrido desde el Romanticismo hasta nuestros días para dar a conocer este patrimonio coreográfico de lo aragonés, contribuyendo así a la candidatura de la jota como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (Unesco).
Este relato transcultural se inicia en París para después dar el salto a otras muchas capitales de la danza como Londres, Copenhague, San Petersburgo, Moscú o Nueva York. Prácticamente todos los grandes bailarines y coreógrafos de la talla de August Bournonville, Marius Petipa, Mijaíl Fokin, Léonide Massine o George Balanchine se inspiraron en este baile a lo largo de los siglos XIX y XX.
También se pone el acento en el papel jugado por las mujeres coreógrafas y otros focos periféricos como Riga. Desde el espacio público aragonés, los cuerpos danzantes de la jota conquistaron los escenarios internacionales hasta convertirse en un lenguaje coreográfico cosmopolita.
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