A iniciativa de Rolde de Estudios Aragoneses y de la Amical de Mauthausen y de otros campos, el Palacio de la Aljafería (sede de las Cortes de Aragón) acogió el 27 de enero la primera celebración en Aragón del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto.
No es casual el compromiso de la Amical, que desde hace décadas trabaja en favor de la memoria de todos los españoles, en su mayoría republicanos exiliados, que sufrieron deportación en los campos nazis, y organiza multitud de actividades, con gran incidencia en las etapas de formación y educativas.
En cuanto a Rolde de Estudios Aragoneses, esta asociación cultural pone el acento en la necesidad de que el 27 de enero “se convierta en un día de memoria, de recuerdo y de resistencia frente a cualquier forma de violación de los derechos de los seres humanos”. En el editorial del último número de su revista Rolde, (en la que un artículo del historiador Juan M. Calvo rememora el itinerario y el sufrimiento de cientos de aragoneses en los campos de concentración), REA mantiene que la conmemoración no nos es ajena porque, “como ciudadanos del mundo debemos ser responsables y solidarios con su futuro” y porque “muchos aragoneses vivieron en carne propia esos horrores y hasta ahora su recuerdo ha ocupado un lugar muy pequeño en nuestra sociedad”.
Más de cien personas acudieron a este acto, presidido por el vicepresidente de las Cortes Miguel Ángel Lafuente. Además de las intervenciones de representantes de las entidades convocantes (Vicente Pinilla, presidente de REA, y Josep San Martin, delegado en Aragón de Amical) y de Juan José Generelo en nombre del Programa “Amarga Memoria” del Gobierno de Aragón, se proyectó el documental “Aragoneses en el infierno de los campos de concentración” (dirigido por Mirella R. Abrisqueta), y tuvieron lugar alocuciones y lecturas literarias en nombre de los colectivos que con mayor crudeza soportaron la barbarie nazi: el pueblo judío, la etnia gitana, los y las homosexuales, y los republicanos exiliados. Uno de estos últimos, superviviente de Mauthausen, José Egea, desgranó ante los asistentes su experiencia e insistió en la importancia de esta conmemoración, especialmente de cara a las generaciones futuras, y a la construcción de un mundo mejor.