José Antonio Hernández Latas convierte a algunos de los pioneros de la fotografía en Aragón en protagonistas de diferentes crónicas.
El libro ha sido editado por Rolde de Estudios Aragoneses y el Observatorio Aragonés de Arte en la Esfera Pública de la Universidad de Zaragoza.
En este libro, una sucesión de relatos cortos revela el microcosmos de un tiempo que nos queda remoto. El autor nos pone en la piel de sus personajes, víctimas de los burócratas, de altercados políticos o de la mala suerte, pero no pocas veces también del fatal sino de los perdedores.
Como el excéntrico pintor pensionado en Roma, donde inventó algo parecido al daguerrotipo aunque no llegó a patentarlo; o aquellos fotógrafos que tras triunfar sufrieron desafortunados avatares; o el ingenuo retratista arrestado en Barcelona por su complicidad con una banda de falsificadores, o el reportero del Heraldo de Aragón víctima de un crimen pasional y de un sistema judicial que todavía daba la razón al marido vengador.
Son tramas rayanas en el género negro, contadas con retórica detectivesca, pues el autor nos va mostrando documentación hallada en archivos, las pistas proporcionadas por sus entrevistados, u otro tipo de fuentes informativas que a veces han dado un giro a sus pesquisas.