¿Por qué el CEDDAR?

¿Por qué el CEDDAR?

Centro de Estudios sobre la Despoblación y Desarrollo de Áreas Rurales

El desarrollo económico moderno y la industrialización no se difundieron de modo homogéneo a lo largo del planeta. Ni siquiera en las zonas que más avanzaron, como Europa occidental, ha tenido lugar dicho proceso de forma equilibrada. Más bien al contrario, se han conformado espacios económicos muy desiguales que han tenido su reflejo en un poblamiento también muy desigual, rompiendo en ocasiones tendencias o pautas mantenidas durante siglos. En la sociedad europea actual es habitual encontrarnos junto a zonas con una densidad poblacional muy elevada, que coinciden con áreas urbanas y metropolitanas, zonas rurales con índices de población medios o bajos. En regiones como las tierras altas escocesas, el norte de los países escandinavos o algunas zonas del interior de la Península Ibérica, encontramos los desiertos demográficos más extremos de la actual Unión Europea.

Es ya casi un tópico señalar lo desequibrado de la distribución de la población en Aragón, donde coexisten junto a una de las grandes ciudades peninsulares, como es Zaragoza, estos espacios casi «vacíos» como pueden ser la Ribagorza, el Sobrarbe o las Sierras de Teruel. En el conocido fenómeno de los pueblos deshabitados, la provincia de Huesca tiene el triste privilegio de ocupar una posición de liderazgo en la Península.

Investigadores, políticos, asociaciones de todo tipo y, sobre todo, los propios vecinos de las zonas afectadas, se han venido ocupando desde hace tiempo de este problema y de las posibles soluciones que podrían existir si no para invertirlo, sí al menos para detenerlo y tratar de evitar el abandono de comarcas enteras.

En este contexto, surgió hace años dentro de Rolde de Estudios Aragoneses (REA) una enorme preocupación por el problema y una clara voluntad de contribuir a paliarlo, en la medida de nuestras fuerzas y capacidades. La sensibilidad de la población aragonesa ante el problema y la gravedad de éste nos parecieron razones más que suficientes para tratar de realizar una contribución en su posible estudio y solución. Además de una permanente atención al referido problema en la revista ROLDE, se organizaron en junio de 1993 unas primeras jornadas bajo el título Pueblos abandonados: La recuperación de un pasado, en colaboración con el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de Zaragoza. El éxito de estas jornadas y la constatación de que era necesario comparar lo ocurrido en Aragón, y las experiencias de políticas activas frente a la despoblación, nos llevó a organizar en septiembre de 1994 un curso en la Universidad de Verano en Jaca de forma conjunta con la Universidad de Zaragoza y con el patrocinio del Departamento de Cultura y Educación del Gobierno de Aragón. En su momento hicimos una valoración extraordinariamente positiva de los resultados del curso, tanto por el elevado número de participantes como por el nivel y calidad de las discusiones e intervenciones de ponentes y asistentes. La publicación en un libro de dichas intervenciones (José Luis Acín y Vicente Pinilla, coordinadores, Pueblos abandonados: ¿un mundo perdido?, Rolde de Estudios Aragoneses, Zaragoza, 1995) permitió trasladar al conjunto de la sociedad lo discutido en dicho curso. La estupenda acogida de este libro, de nuevo nos mostró la enorme, y lógica, sensibilidad social que en Aragón existe hacia este tema.

En ese contexto se concibe el nacimiento, en septiembre de 2000, del Centro de Estudios sobre la Despoblación y Desarrollo de Áreas Rurales (CEDDAR). Un centro especializado en el problema de la despoblación y de las políticas existentes para luchar contra ella. Pretendemos, en primer lugar, profundizar en lo que ha sido tradicionalmente un campo de actuación de REA: el estudio de las causas y consecuencias que explican el fenómeno de la despoblación. Pero no queremos quedarnos sólo en este terreno, pues pensamos que dicho estudio debe llevarnos también a incidir en el campo de las políticas, medidas o acciones que puedan ayudar a corregir dichos desequilibrios, a paliarlos, a fomentar la reactivación demográfica de las zonas más deprimidas y a preservar el riquísimo patrimonio cultural y arquitectónico que poseen.

Siendo una entidad ubicada en Aragón, el CEDDAR no se ocupa en exclusiva del territorio aragonés, sino que aborda sus propuestas desde una perspectiva universal. En primer lugar porque el fenómeno de la despoblación no es exclusivamente aragonés sino que en otras muchas zonas de Europa, encontramos situaciones similares. El conocimiento de otros casos y de las políticas utilizadas para enfrentarse al problema puede sernos de mutua utilidad tanto a los aragoneses como a quienes viven en otros países europeos con problemas similares. En segundo lugar es inevitable adoptar una perspectiva internacional, o como mínimo europea, cuando buena parte de las políticas activas contra la despoblación forman parte de la acción de la Comisión Europea y corresponde, por lo tanto, su discusión e implementación de medidas al ámbito comunitario.

Desde su nacimiento, el CEDDAR ha llevado a cabo una intensa actividad. La convocatoria de ayudas a la investigación, la edición de trabajos, monografías y una publicación especializada de carácter anual (Ager. Revista de Estudios sobre Despoblación y Desarrollo Rural), la organización de cursos, seminarios, encuentros científicos y jornadas de debate, la elaboración y montaje de muestras y exposiciones divulgativas, la gestión de un centro de documentación, la creación de una biblioteca, etc… forman parte de su bagaje. Con el apoyo de numerosas entidades públicas y privadas -con las que se han sellado convenios de colaboración-, el CEDDAR aspira a convertirse en referencia obligada para la creación de herramientas de reflexión, análisis y debate, con voluntad de apertura a todos los agentes políticos, sociales, económicos y culturales, y de colaboración con otros organismos con similares objetivos y preocupaciones.