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El año 2016 ha sido afrontado por Rolde de Estudios Aragoneses con la voluntad de apostar por la cultura y por el conocimiento en un mundo cada vez más cambiante y pródigo en desafíos. Un mundo en el que nos gustaría ver cómo prevalecen valores ligados a la cohesión social, a la solidaridad y a la equidad en la distribución de recursos y en la asignación de servicios. Y todo ello desde un territorio, el aragonés, en el que se plantean interesantes retos ligados a la vertebración territorial, a la lucha contra la despoblación, a las políticas de identidad y de cultura.
Durante casi cuarenta años, nuestra asociación ha mantenido el horizonte progresista de un aragonesismo que, más allá de siglas, pueda ser sentido por la inmensa mayoría, apostando por el conocimiento a todos los niveles: conocimiento de lo propio y de lo que nos rodea, sin miedo a lo cambiante que pueda resultar la realidad. Y en esa línea debemos seguir.